viernes, marzo 12, 2010

Recordando la burbuja tecnológica


Infobae recuerda el diez de marzo (no fue el único en estos días) algunos hitos de la catástrofe financiera que marcó el comienzo del siglo: la crisis de las punto com. Visto desde una perspectiva financiera y bursátil, a diez años lo que encontramos es un mundo transformado, y al borde de una nueva ola de consecuencias producto de una segunda burbuja corregida y aumentada:

Los últimos diez años fueron una década perdida para aquellos que canalizaron sus inversiones en las diferentes bolsas del mundo.

Una mirada de corto plazo permite afirmar que el Promedio Industrial Dow Jones, que cerró el martes en 10.564 puntos, logró acumular un alza del 61% desde su punto más bajo alcanzado durante la recesión, hace un año.

Sin embargo, mirando el mediano plazo, esta suba lograda en este último período sólo sirvió para recuperar la mitad de las pérdidas registradas desde su máximo de 14.165 unidades en octubre de 2007.

Y, si se observa el largo plazo, surge que las acciones del índice se están negociando 19% por debajo del máximo alcanzado al estallar la burbuja de las “.com” hace exactamente diez años. Es decir, pasada una década aún no han logrado equiparar tales valores.

La referencia es más que válida pues hoy, 9 de marzo de 2010, se cumple uno de los aniversarios más amargos en la historia de las bolsas modernas.

Es que hace exactamente diez años, estallaba la inmensa burbuja generada en torno a las empresas tecnológicas, incluyendo el incipiente desarrollo de las vinculadas a Internet.

¿Cómo se infló la burbuja?
Eran los tiempos en que las compañías se valoraban en función de las páginas vistas de sus sitios web y en los que nombres como AOL, el principal proveedor de Internet en EE.UU. de la época, llegó a cerrar la mayor fusión de la historia con Time Warner, valorada en 124.000 millones de dólares, precisamente, mediante un intercambio de acciones.

La unión AOL Time marcó el momento álgido de las punto com. Pero antes de que se diese esa operación, AOL había firmado otro de los capítulos en la historia del sector con la compra del navegador Nestcape Communications, en 1998, por algo más de u$s 4.000 millones.

Fue precisamente esa marca la que encarnó los primeros coletazos de aquella fiebre. En 1995, el navegador fundado por Marc Andreessen comenzó a cotizar en Wall Street. Sus acciones se multiplicaron por 10 el primer día.

Entre septiembre de 1998 y marzo de 2000, el conjunto de acciones de este mercado se dispararon un 240% en un episodio de generación de expectativas sin antecedentes.La promesa de un mundo nuevo, con beneficios globales e ilimitados, se dio la mano con un fenómeno bien conocido entre los inversores: la avaricia y la generación de 'humo', o proyectos empresariales quiméricos sin un modelo de negocio sustentable.

El estallido
Pero de repente, como siempre ocurre con las burbujas, el mundo se anotició de que comenzaba a vivir un crash bursátil que siguió a la euforia de finales de los 90 y se ha convertido en uno de los mayores mercados bajistas de la historia, junto a los registrados tras las crisis de 1929, en los años 70 o en el credit crunch de 2007 y 2008.

Luego de haber alcanzado niveles máximos, basados en la exuberancia y el entusiasmo, la burbuja fue creciendo hasta superar los 5.000 puntos que alcanzó el índice tecnológico Nasdaq por aquellas fechas.

Pero una vez que estalló la burbuja, se produjo una verdadera caída libre, que llevó al cierre masivo de empresas, deslistado de compañías que días antes valían millones de dólares, con el correlato de inversores que veían perder enormes fortunas.

Un año después del desastre el Nasdaq, según consigna El País de Madrid, el índice de empresas tecnológicas de Wall Street, aún cotizaba por debajo de los 2.000 puntos, esto es un 60% por debajo del momento del quiebre, afectando a empresas sólidas como Intel o Cisco Systems, que se vieron también afectadas por la crisis.

Pero no todo terminó ahí. Había transcurrido un año y medio después del crack, el Nasdaq seguía en caída libre y acumulaba un retroceso de casi el 80% de su valor. El mínimo lo marcó el 9 de octubre de 2002, cuando el índice se situó en 1.114 puntos.

  • El Dow Jones Internet Composite Index vale hoy un 79% menos que en aquel momento.

  • El Nasdaq que hoy se ubica en los 2.369 puntos, está por debajo de la mitad de los máximos registrados a principios de marzo de 2000.

Al tiempo que la burbuja se esfumaba, también desaparecían los dólares que se habían invertido en ella. Según El País, el mercado perdió en dos años nada menos que cinco billones de dólares, algo así como el 50% del PBI de EE.UU. de ese año.

Casos paradigmáticos
El tamaño de la burbuja se puede graficar desde otro punto de vista: las quiebras que se produjeron tras su explosión.

  • Boo.com gastó u$s188 millones en apenas seis meses para montar una gran infraestructura de moda online, pero el esfuerzo fue en vano ya que en mayo de 2000 quebró.

  • Con la burbuja en pleno auge Yahoo compró GeoCites por u$s 3.500 millones en febrero de 1999, pero en octubre de 2009 se vio obligada a cerrarla.

  • eToy's tenía un precio por acción de 80 dólares en mayo de 1999 y cuando declaró su quiebra en febrero de 2000 valía menos de un euro, según relata The daily Maverik.
Pero la burbuja no se limitó al mercado estadounidense. Un caso paradigmático es el del portal Terra. Salió a Bolsa el 17 de noviembre de 1999 a un precio de 11,81 euros y cerró ese mismo día a 37, lo que supone un avance del 184,61%.

Luego de un rápido avance producto de una demanda eufórica que no paraba de comprar, se llegó a cotizar en máximos cercanos a los 140 euros, que se dieron curiosamente, en febrero de 2000.

Con el paso del tiempo, en su última salida a bolsa, las acciones fijaron su valor en 3,04 euros.
Con el estallido de la burbuja se agotaron miles de proyectos iniciados y todavía inmaduros, así como también se diluyeron expectativas ilusorias en negocios sostenidos por la abundancia de inversión, antes que por la madurez de su valor (WorldCom, Boo.com, eToys). Pero junto con éstos, cayeron o fueron severamente afectados otros negocios bien establecidos, tanto algunos que acompañaron la burbuja, como otros que sólo compartían el mercado: Cisco, Yahoo, Microsoft, IBM. Diez años después, conseguir inversores es más difícil, aunque persiste el mito de que un emprendimiento en Internet puede generar fortunas. La competencia se ha simplificado, y el número de competidores se ha reducido a un punto en el que nuevas iniciativas difícilmente se abren paso.
¿Se ha sacado alguna lección? Aparentemente sí, porque en esta segunda burbuja el sector tecnológico ha tenido mayor resistencia a la caída que afectó al mundo financiero.
Dos fuentes para documentarse sobre este temprano desastre, en el editorial distribuído por Reuters, y el artículo dedicado por Wikipedia.

Imagen: Evolución del indice Nasdaq, entre 2000 y 2010, en Infobae.

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