jueves, julio 30, 2009

...Y Twitter fuera de lugar.

Así como Twitter es válido en el contexto de la difusión social de noticias (y dejemos de lado la confiabilidad de la fuente), así también suena fuera de lugar para otros objetivos. Se ha hablado de Twitter como micro-blog, y parece ser que Penguin se propone convertirlo en literatura. La nota de Andrés Hax en la revista eñe, tiene algo más de un mes, pero no hace diferencia:
La sucursal de Nueva York de la editorial Penguin acaba de anunciar el lanzamiento de un nuevo libro que combina la divulgación literaria con el fenómeno Twitter que llamará Twitterature, o Twitteratura.

El libro Twitteratura comprimirá varios clásicos de la literatura universal a 20 tweets o menos. Los genios (o necios, según el criterio de cada quien) detrás de este libro son dos alumnos de primer año de la Universidad de Chicago, Alexander Aciman y Emmett Rensin (ambos de 19 años).

Los jóvenes alumnos parecen estar más motivados por el dinero –y aprovechar una moda tal vez pasajera- que por la vocación literaria. Es inconcebible pensar qué valor agregaría leer La Divina Comedia de Dante en 20 frases de 140 caracteres.

El libro será publicado en el otoño boreal. Mientras tanto, el resumen de esta nota (incluyendo El Aleph Twitterizado) se puede ver en el sito de Twitter de la Revista Ñ: http://twitter.com/revistaenie
¿Y cómo quedaría El Aleph en 21 tweets? (Reproduzco solo cinco, que creo que alcanza...)
1. La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió noté que las carteleras habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios.

2. El 30 de abril era su cumpleaños; fui a visitar la casa de la calle Garay para saludar a su padre y a su primo hermano. Era un acto cortés.

3. Viterbo murió en 1929; desde entonces, no dejé pasar un 30 de abril sin volver a su casa. Llegaba a las 7 1/4 y quedaban 25 minutos.

4. Carlos Argentino es canoso, de rasgos finos. Ejerce no sé qué cargo en una biblioteca ilegible de los arrabales del Sur; es autoritario.

5. Tiene grandes y afiladas manos hermosas. Algunos meses padeció la obsesión de Paul Fort por la idea de una gloria intachable.
Quizá hubiera aceptado Borges con más aprecio, escribir para twitter un haiku...

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