- Los argentinos están muy preparados. Hay una base de empresas importantes, con gente formada, buenas universidades, abundancia de ingenieros y entramado empresarial en todos los niveles –de grandes multinacionales a PYMES-.
- Tanto la economía como la población tiene una gran concentración en el Gran Buenos Aires que suma casi la mitad de la población y buena parte de las empresas. No obstante oras ciudades como Córdoba, Mendoza, Rosario o La Plata tienen empresas pujantes que, en muchas ocasiones, son contratadas por las ubicadas en la capital.
- Hay una apuesta nacional por el desarrollo de software y ello ha implicado una ley a la medida, la creación de un barrio tecnológico al estilo @22 y fuertes estímulos a la exportación con la creación de la ley de Promoción de la Industria del Software y Servicios Informáticos
- Muchas empresas ya están exportando e incluso adaptan sus horarios para coordinar la relación, entrando algunos de ellos a las 6 de la mañana para incrementar las horas simultáneas con clientes europeos.
- La mayoría de los exportadores tienen ya una buena base de clientes en EEUU incluyendo un abanico muy amplio. Desde Google –aquí se ha desarrollado parte de CheckOut y OpenSocial- a PYMES de un par de empleados.
- La mayoría de los exportadores tienen en las empresas de desarrollo de software y diseño web a sus principales clientes.
- Las empresas bonaerenses empiezan a tener problemas en captar personal cualificado y muchos de ellos tienen freelances o otras empresas fuera de la zona a las que subcontratan en puntas de trabajo.
- La forma de operar con ellos puede ser tanto por proyecto –precio cerrado sobre un desarrollo concreto- como por horas –contratación de recursos cualificados por horas-. El coste de hora de un programador con más de 3 años de experiencia ronda de los 12 a los 25 euros.
- Hay muchas más empresas con conocimiento en Java y .Net pero pocas en PHP o Ruby.
Como no podía ser de otra manera, en otro post describe los puntos débiles y cargas que se deben afrontar. Y como en otros sectores que podrían aportar crecimiento a la economía, encontramos la carga que reclama el Estado. Es de observar que las iniciativas que ayudaron a salir de la crisis, en general han nacido del esfuerzo de particulares, con poca colaboración de la Administración. Así, apunta Antonio:
Siempre nos quejamos de impuestos, ya sea como aprticulares o como empresarios. Así que, aunque sea un mal consuelo, os dejo unos datos de como está la situación impositiva en Argentina.
Toda empresa debe pagar lo siguiente:
Impuesto sobre ingresos brutos. Un 3% directo sobre la facturación a liquidar mensualmente -independientemente de tus beneficios-.
Impuesto sobre las transferencias. Un 0,6% con cada movimiento de ingreso o pago en cuenta. En total, un 1,2% que el banco cobra y liquida posteriormente al estado.
Impuesto de utilidades o nuestro equivalente a sociedades. 35% sobre el beneficio.
IVA o Impuesto sobre el Valor Añadido. 21% del total.
En especial me asombra ese 4,2% sobre las ventas entre los dos primeros impuestos.
Para más dolor, añadirle que cualquier dinero que se recibe del extranjero debe de ser canalizado a través de un banco central que despues retrasa el pago hasta tu cuenta final entre 15 y 30 días. Esto es, un cliente español paga a un banco que actúa como consolidador y controlador para después liquidar a la cuenta del empresario argentino.
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