domingo, julio 18, 2021

Balance y reinicio

 Cuando éste blog se creó, y más aún su página de orígen, las tendencias de desarrollo de software y las arquitecturas para las que se trabajaba eran muy distintas. Hablabamos entonces de cuarta generación del software, pero hoy deberíamos hablar de quinta generación por lo menos. Nuevos procesadores, nuevas memorias, nuevos discos -por hablar de lo mínimo-, nuevas posibilidades de otras arquitecturas. Hoy los actores son otros: Amazon, Facebook, Netflix, Twitter, Google, empresas cuyo negocio no es el software, pero que potencian radicalmente su uso, la investigación y adopción de recursos, la proposición de nuevas tecnologías, nuevas metodologías. Hoy se atacan nuevos desafíos, se resuelven problemas de una escala nunca antes vivida. Las empresas que impulsan el replanteo del manejo de recursos y arquitecturas, son de un tamaño global, donde se habla miles de millones de conexiones. Esa escala universal puso sobre la mesa la posibilidad de explotar recursos de otra manera, apareciendo con fuerza la nube, la virtualización, Internet. Nube para ejecutar aplicaciones, para desarrollarlas, para rentarlas, para escalarlas. Y el estallido en curso de IOT, a una escala que pocos especialistas hubieran calculado hace dos décadas.

En el curso de los últimos seis o siete años, el cambio de escenario ha sido extraordinario. Apple mantiene el paso, Microsoft lucha por ello, IBM hace esfuerzos por no quedar atrás. En cierto modo, salvo tres o cuatro de los nombres que enumeramos antes, se podría decir que no existen empresas dedicadas al software o al hardware que no hayan sido o puedan ser compradas. Entre ellas, la empresa que sostiene el producto con el que he trabajado y trabajo (CA, hoy comprada en bloque por Broadcom). Si en el pasado tendí a pensar que el desarrollo de productos y paradigmas era darwinista, hoy debería precisarlo, como la propia realidad de la investigación arqueológica ha hecho con Darwin: el desarrollo de la tecnología sigue el camino del más fuerte, donde el más fuerte es el que puede hacer la oferta hostil o concertada más grande sobre cualquier producto. Si el nacimiento del nuevo siglo se caracterizó por la aparición de innumerables startups, el avance de esta segunda década ha evolucionado con una progresiva concentración del mercado y los competidores. En muchos casos, el modelo de startups se convirtió en "generar una idea y venderla".

En fin, después de "dormir" por demasiado tiempo, espero volver a escribir otras reflexiones. En esta indudablemente nueva era de la tecnología en todos los frentes, trataré de usar la figura de Jano, mirando atrás y mirando adelante. Trataré de compensar el largo interregno.

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