miércoles, septiembre 21, 2022

Meta en problemas

 En el bloque de las Big Tech, Big Four o Big Five, según las variaciones de criterio para clasificarlas, hay un elemento común que pesa con una masa descomunal sobre la industria tecnológica o sobre su investigación y evolución: la capacidad monopólica de imponer tendencias y torcer el rumbo del desarrollo según sus criterios. En este sentido han perdido su halo primario de tecnológicas "buenas", que gozaron en mayor o menor medida todas ellas en sus comienzos: innovadoras, abiertas, promotoras de la inteligencia y la iniciativa, participantes en toda clase de iniciativas de mejora social. Desde hace años son para las autoridades de Estados Unidos y Europa el centro de revisiones de prácticas monopólicas, y actores de primera línea de lobbismo en favor de sus proyectos, con sanciones que se van acumulando. Dentro de ellas destacan, a mi juicio, dos: Facebook (ahora Meta) y Twitter. Facebook ha sido particularmente escandalosa y expuesta durante la presidencia americana de Donald Trump. Es que con una masa de usuarios participantes cercana a tres mil millones, la capacidad de manipulación es semejante a tener un gobierno que rigiera Estados Unidos, Europa, Rusia y China, y esto es parte de su negocio. 

Sin embargo, por agotamiento o por competencia, ha llegado un momento en que por primera vez no ha crecido, y eso ha activado alarmas. La vía de escape imaginada por su dirección ha sido lanzar Meta con el nuevo paradigma de "Metaverso", "a digital extension of the physical world by social media, virtual reality and augmented reality features" . Meta vende vida virtual, aire en la red, y su proyecto tiene riesgos que este año no parecen ser igual de virtuales. En El Economista:

(...) el pasado febrero, la red social presenta sus resultados y, con ellos, llega el primer periodo en el que los usuarios no aumentan. Esto provoca el hundimiento de la compañía y el mayor desplome en un día en el patrimonio de su fundador, marcando una caída histórica de 31.000 millones en una sesión.

La ausencia de nuevas altas en la plataforma revela dos cosas: la competencia con TikTok y un menor presupuesto publicitario por parte de los anunciantes. En el primer caso, la red social de Zuckerberg ha encontrado una gran rival en la china gracias al éxito de su formato, los vídeos cortos. En el segundo, el deterioro de las condiciones económicas ha lastrado los ingresos de la compañía.

Además, el órdago por el Metaverso ha requerido y seguirá necesitando enormes inversiones, algo que ha pesado en el valor de la compañía este ejercicio. De hecho, el propio Zuckerberg dijo que la nueva propuesta de la tecnológica era deficitaria y que supondría pérdidas durante tres y cinco años. Además, en los últimos tiempos, la antigua Facebook ha sido objeto de un mayor escrutinio regulatorio.

En comparación con sus competidoras, es la que peor rinde en bolsa. Meta Platforms se deja un 57% de valor en lo que va de año, solo superada por Netflix, que pierde un 60%. Sin embargo, las rentabilidades negativas de Apple, Amazon y Alphabet son mucho menos significativas, del -14%, -26% y -29%, respectivamente.
En fin, el darwinismo en la evolución tecnológica también puede alcanzar al T-Rex


domingo, septiembre 11, 2022

No comprometa proyectos basados en Google

En una época en que en la cúspide de la pirámide de proveedores de tecnología, infraestructura, y elaboración de software hay un muy reducido número de participantes (Microsoft, AWS (Apple), Google (Alphabet), Oracle, Facebook (Meta), la confiabilidad en sus servicios debería ser fundamental. Sin embargo, lo efectivo es el manejo monopólico de la evolución y la oferta en el mercado. Es muy común ver una pequeña empresa que destaca por un par de años en un nicho de mercado, hasta que es comprado por algún miembro prominente de la pirámide. Y esto no significa que el hallazgo diferenciador de esta tal empresa sea utilizado de manera multiplicadora por el comprador. Es más probable que marche a vía muerta en otro par de años. Los vendedores festejan el negocio, y quienes hubieron de confiar en la startup y adoptaron su producto, están probablemente perdidos. 

En este marco, Google destaca en un aspecto en particular: investigar, ofrecer un elemento novedoso en algún área de mercado, impulsarlo y entusiasmar a miles de adoptantes, y luego, de un día para otro, avisar que ese producto, proceso, o lo que sea, se discontinuará el año siguiente. Y los miles de usuarios entusiastas, los que demostraban lo importante que el nuevo elemento era, los early birds, tienen que comenzar a planear (a pérdida), cómo saldrán del corral con el menor daño posible. Google Cloud IOT service es su más reciente muestra de arbitrariedad en el manejo del mercado y de sus clientes. Es notable entrar a la página del producto, donde se describen sus servicios y su gran valor, mientras que en la primera línea de la página aparece un sobreescrito que avisa que el servicio se termina el 16 de agosto de 2023.

En InfoQ, donde he visto esta noticia, se dice esto:

Google Cloud IoT Core is a fully-managed service that allows customers to connect, manage, and ingest data from millions of globally dispersed devices quickly and securely. Recently, Google announced discontinuing the service - according to the documentation, the company will retire the service on the 16th of August, 2023. 

The company released the first public beta of IoT Core in 2017 as a competing solution to the IoT offerings from other cloud vendors – Microsoft with Azure IoT Hub and AWS with AWS IoT Core. In early 2018, the service became generally available. Now, the company emailed its customers with the message that "your access to the IoT Core Device Manager APIs will no longer be available. As of that date, devices will be unable to connect to the Google Cloud IoT Core MQTT and HTTP bridges, and existing connections will be shut down." Therefore, the lifespan of the service is a mere five years.

(...) In addition, over the years, various companies have even shipped dedicated hardware kits for those looking to build Internet of Things (IoT) products around the managed service. Cory Quinn, a cloud economist at The Duckbill Group, tweeted:

I bet @augurysys is just super thrilled by their public Google Cloud IoT Core case study at this point in the conversation. Nothing like a public reference for your bet on the wrong horse.

Last year, InfoQ reported on Enterprise API and the "product killing" reputation of the company - where the community also shared their concerns and sentiment.  And again, a year later, Narinder Singh, co-founder, and CEO at LookDeep Health, as an example expressed a similar view in a tweet:

Can't believe how backwards @Google @googlecloud still is with regards to the enterprise.  Yes, they are better at selling now, but they are repeatedly saying through their actions you should only use the core parts of GCP.

 (...) Lastly, already a Google Partner, ClearBlade announced a full-service replacement for the IoT Core with their service, including a migration path from Google IoT Core to ClearBlade. An option for customers, however, in the Hacker News thread, a respondent, patwolf, stated:

I've been successfully using Cloud IoT for a few years. Now I need to find an alternative. There's a vendor named ClearBlade that announced today a direct migration path, but at this point, I'd rather roll my own.

¿Cuántas veces ha pasado esto antes? ¿Qué garantías de prosperar tiene un negocio si ésta es la confiabilidad de su proveedor? Como en un automóvil, utilice una "conducción defensiva", y sepa con quién negocia: tenga un par de vías de escape, y si puede, evite al gigante.