El problema:
"uno de cada cinco de los más de 55 mil educadores en actividad", presentan síntomas de burn out o "cabeza quemada".Los números:
Se trata de un síndrome de cansancio emocional, despersonalización y falta de realización profesional que afectan la tarea educacional.
La patología, común entre los cirujanos y profesionales expuestos a altos grados de tensión, implica la pérdida de recursos emocionales para enfrentar el trabajo.
El 21,7 por ciento de los docentes presentó síntomas de cansancio, fatiga, manifestaciones psíquicas y físicas y sensación de no poder dar más de sí.Subrayo el último número: ¿más de ciento sesenta y un alumnos a cargo? ¿qué significa eso?¿que un maestro/profesor atiende mensualmente una clase/dos o tres clases de ese promedio aproximado de alumnos? ¿que recorre cuatro escuelas semanalmente?¿y esa cifra supera al diez por ciento de los educadores?.
El 27,5 por ciento manifestó actitudes negativas, distantes y cínicas hacia sus alumnos.
El 20,8 por ciento presentó bajo rendimiento y autoestima y sensación marcada de frustración.
(...)
Los docentes que presentan síntomas de burn out son mayoritariamente mujeres, de entre 31 y 50 años con más de 161 alumnos a cargo y con una antigüedad de entre 11 y 15 años.
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