jueves, marzo 17, 2011

¿Una nueva burbuja en Internet?

Esta nota fue publicada en Iprofesional, hace ya algún tiempo, firmada por Rubén Ramallo. La reproduzco porque sigue siendo tan válida como en su momento.
Para entender la bomba de relojería sobre la que se encuentra el mundo tecnológico, sólo hay que ponerse en la piel de un inversor e imaginarse que está comprando una compañía con ingresos anuales de 100 dólares y un margen de beneficio del 50 por ciento.
Si se supone que se ha pagado 200 dólares por hacerse de ella, y se hacen las cuentas, el resultado es que se tardarían cuatro años en asegurarse de que no se ha perdido dinero en la inversión, siempre y cuando los ingresos sean estables durante dicho periodo de tiempo.
Si se hubieran pagado 25 veces los ingresos, este lapso de tiempo se podría incrementar hasta los 50 años.
En un contexto optimista, como el actual, se podría suponer que los beneficios de dicha compañía se duplican todos los años, por lo que a una valoración de 25 veces los ingresos, se tardaría alrededor de 6 años en recuperar parte de la inversión.
Sin embargo, no es por ser alarmistas, ni siquiera Amazon ha sido capaz de ofrecer este tipo de rentabilidad de forma sostenida a lo largo del tiempo.


Tecnológicas con tamaño de petroleras
De un tiempo a esta parte, las noticias sobre las empresas tecnológicas ocupan un lugar destacado en las páginas destinadas a brindar información financiera.
Y no precisamente por el lanzamiento de nuevos productos, servicios o aplicaciones, sino por los niveles crecientes de sus valores corporativos.
Hoy por hoy algunas de estas compañías compiten palmo a palmo con grandes multinacionales como es el caso de Apple, que le disputa el primer lugar a ExxonMobile.
En la actualidad, el gigante petrolero muestra una capitalización bursátil de 423.000 millones de dólares, una cifra que los analistas estiman que la firma fundada por Steve Jobs superaría con creces en el 2012, por lo que le arrebataría ese lugar de privilegio.
Situaciones como ésta, inducen a pensar a muchos analistas que nuevamente se estaría en presencia de una versión remixada da la "burbuja.com", que se gestó a partir del 1997 y que explotó en el 2001.
Cómo se gestó la primera burbuja

En esos años el mundo presenció absorto cómo se generó una corriente especulativa muy fuerte, a raíz de la cual las principales bolsas del mundo se vieron envueltas en un rápido aumento de sus cotizaciones.
El motivo de la misma se debió, precisamente, al avance de las empresas vinculadas al entonces incipiente sector de Internet y a la llamada "Nueva economía".
Uno de los rasgos del período fue la espectacular quiebra de un nutrido grupo de compañías que se basaban en un alto componente tecnológico.
En resumen, la burbuja se infló por la combinación de un veloz aumento de precios de las acciones, una fuerte corriente especulativa y la gran disponibilidad de capital de riesgo.
Todos estos factores dieron lugar a lo que el entonces presidente de la Reserva Federal de los EE.UU., Alan Greenspan, sintetizara bajo la definición de "la exhuberancia racional de los mercados".
Cabe señalar que el estallido de la burbuja hundió por largo tiempo a los índices bursátiles y marcó el principio de una relativamente suave, pero larga recesión en las economías occidentales.


¿Se está inflando la burbuja 2.0?
Las voces de alarma surgen desde el propio sector. El CEO de Google, Eric Schmidt, ha expresado recientemente que "existen señales claras de una nueva burbuja en las valoraciones bursátiles de las empresas de Internet".
Sin ir más lejos, de acuerdo a los resultados de las últimas rondas de financiación e inversión, la capitalización de Facebook ronda los 65.000 millones de dólares, la de Twitter los 7.700 millones de dólares y la radio online Pandora en los 1.000 millones de dólares, entre tantas otras.

La diferencia entre una y otra burbuja

En el año 2000, la red de redes era algo nuevo, destinada a algunos iniciados y, en ese contexto, muchos consideraban casi imposible que las personas se animaran a dar los datos de su tarjeta de crédito a compañías virtuales para comprar cosas o realizar determinadas transacciones financieras.
Hoy, prácticamente no existe una empresa que pueda vender sus productos en cualquier parte del mundo que no sea a través de Internet. Ese es precisamente el gran valor de la red: haber podido eliminar fronteras e intermediarios.Pero no sólo eso, ya que también existen cientos de millones de usuarios que exponen sus pensamientos más íntimos ante amigos y seguidores a través de las redes sociales.
La voz de las finanzas

Desde el punto de vista estrictamente financiero, el Nasdaq, que nuclea las acciones del sector, ronda actualmente los 2.770 puntos. Ese es el indicador más alto alcanzado desde noviembre de 2007.
Con este nivel, está a sólo un 8% de superar la barrera psicológica de los 3.000 puntos, que no toca desde diciembre del año 2000.
El quien es quien del mercado

En la actualidad son varias las compañías que están a punto de lanzar sus primeras salidas a la bolsa, como una forma de capitalizar su elevado valor nominal.
Tal es el caso de LinkedIn o Pandora, entre otras. En tanto, que varias extenderían su decisión en el tiempo, pese a que ya cotizan en el mercado secundario con gran éxito.
Entre las más destacadas, pueden mencionarse a:

Google. Es una de las que ostenta el mayor recorrido alcista en la última década. Los analistas esperan un crecimiento del 16%.
Cuenta a su favor con las mayores proyecciones de suba, debido a los nuevos servicios de música, prensa y el crecimiento de Android, su sistema operativo de móviles. Como punto en contra destacan su elevado P/E.
Apple. Las ganancias del fabricante de iPhone y iPads aglutinan el 13% de los beneficios del sector.
En el último trimestre ganó u$s6.000 millones, con un crecimiento anual del 77%. Para este año, los analistas de BofA-Merrill estiman que podría crecer un 40 por ciento.
Facebook. La empresa fundada por Mark Zuckerberg está valorada en estos momentos en unos 65.000 millones de dólares en el mercado privado. Si bien no se conocen balances oficiales, pues al no cotizar públicamente no tiene obligación de rendir cuentas, diversos analistas afirman que sus ingresos en el último año rondaron entre los 1.200 y los 2.000 millones de dólares.A partir de esta estimación, se puede inferir que la red social cuesta más de 30 veces  de lo que genera.
Twitter. La subasta realizada en el mercado secundario la última semana fijó el precio de la plataforma de micro blogs en 7.700 millones de dólares.
De acuerdo a The Wall Street Journal, la compañía aún no llegó a su punto de equilibrio, pese a que en 2010 registró ingresos por 45 millones de dólares. Su precio en el mercado secundario en estos momentos multiplica por 160 sus ingresos.
Con un resultado negativo sobre sus espaldas, muchos se preguntan si sus actuales dueños cuentan con un plan estratégico para monetizar. 

Groupon. La compañía dedicada a la negociación de cupones con descuento desechó no hace mucho tiempo un intento de compra por parte de Google.
Desde entonces, recaudó cerca de 950 millones de dólares de inversores privados y, según surge del análisis de varios bancos de inversión, en caso de salir a la bolsa podría llegar a valer hasta 15.000 millones de dólares.
Si bien se considera que ya es rentable, se desconoce el volumen de beneficios del último año.
Zynga Game Network. El creador de juegos y aplicaciones desarrolla gran parte de sus productos en Facebook.
Durante su última ronda de financiación ha sido valorada entre los 7.000 y 9.000 millones de dólares. Sus números son más que alentadores, pues generó un beneficio de 400 millones de dólares sobre unos ingresos de 850 millones de dólares, es decir, mostró un margen del 47 por ciento. La pregunta que muchos se plantean es si la compañía podrá mantener este nivel de rentabilidad a lo largo del tiempo sin depender de Facebook.
Según expertos, la red de redes es una realidad y no una promesa como en momentos en los que se infló la primera gran burbuja.
Sin embargo, la escasez de alternativas de inversión rentables a nivel global, podría inflar artificialmente las valuaciones de las compañías, con el consiguiente riesgo de un sobrecalentamiento de las mismas.

Francamente,creo que el peligro existe. La situación es desigual, pero probablemente algunas de ellas provocarán un nuevo desastre accionario. En un enfriamiento económico, algunas de ellas estarían en grave riesgo. ¿Por cuáles apuesta?

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