El cambio de tarifas que la filial británica llevo a cabo el lunes en su oferta de ADSL va mucho más allá de limitar la cantidad de datos que pueden descargar los usuarios. La operadora publica en su web un cuadro donde se detalla la velocidad máxima de determinados servicios, mencionando expresamente el streaming de vídeo y el intercambio de archivos P2P. Los 20 megas de la conexión sólo podrán alcanzarse en algunos casos al "navegar y leer el correo".Recuerdo que hace años, antes de que la web se popularizara, se proponía a Internet (y la WWW) como la "autopista de la información"; una muletilla que acompañó la visión de que Internet potenciaría de una manera incalculable la circulación de la información y los negocios. Algo más de una década después, muchos países y empresas lo comprendieron, lo tomaron como una oportunidad, y lograron resultados que nos hacen creer en que todavía veremos más. Otros en cambio, parece que lo ven como una molestia. Telefónica, acostumbrada al monopolio, no comprende que las nuevas exigencias implican nuevos y mejores negocios, pero no castigándolos, sino acompañándolos. Telefónica propone resolver su retraso tecnológico castigando a sus usuarios. Acaso la aparición de nuevos actores, acostumbrados a crecer en la competencia, puedan resolver este estilo de hacer negocios.
Telefónica ha elegido el mercado británico para llevar a la practica su nueva estrategia de "dar más valor a cada bit" que los directivos de la operadora presentaron hace una semana en el encuentro sobre telecomunicaciones de Santander.
Este lunes O2 retiró las tres modalidades de ADSL directo que comercializaba como "Unlimited" y las sustituyó por tres nuevos accesos que no se diferencian por la velocidad como ocurría hasta ahora. Entendimos el lunes que la diferencia estaba en el límite de descarga, de 20 GB en la tarifa básica y en la "política de uso responsable" en el resto. Sin embargo, al leer la letra pequeña nos damos cuenta de la dimensión del cambio que ha llevado a cabo la operadora y que claramente cruza la frontera de la neutralidad de la red.
(...) La gestión del tráfico que ha introducido Telefónica trabaja regulando la velocidad de determinados servicios. Se menciona el streaming de vídeo, citando expresamente a YouTube, y al intercambio de archivos P2P y descargas (entiendo que directas). Por ejemplo, según la tabla que aparece en el sitio de O2, aunque la modalidad básica puede sincronizar hasta 20 megas de velocidad, la velocidad del streaming no puede pasar de 0,8 Mbps. En la modalidad inmediatamente superior, también de 20 megas, la velocidad de YouTube estará limitada a 8 Mbps. Sólo el acceso más caro podrá acceder al vídeo sin restricciones.
Pero incluso la modalidad de mayor precio, denominada "The Works", tendrá limitado el P2P a 250 Kbps. durante las franjas horarias en las que se prevé un uso más intensivo de la red. Las restricciones son mucho más severas para este tipo de tráfico puesto que también se utiliza intensivamente el canal de subida al enviar información hacia la red.
Por lo tanto, en las nuevas tarifas de Telefónica O2, no se paga por la velocidad, que siempre es la misma. Se paga por la cantidad de información descargada en la tarifa más barata y por los servicios a los que se acceda en el resto.
Esta priorización de servicios permitirá a Telefónica cobrar más a los usuarios que utilizan los servicios más intensivos para la red y a la vez le blinda contra futuros proveedores de contenidos audivisuales que puedan competir con las plataformas de TV de pago de la operadora.
Comentarios, discusiones, notas, sobre tendencias en el desarrollo de la tecnología informática, y la importancia de la calidad en la construcción de software.
domingo, septiembre 12, 2010
Telefónica: poniendo el carro delante del caballo
Prosiguiendo adelante con sus deseos de sacar rédito del tráfico, Telefónica ha dado un primer e importante paso, aplicando tarifas diferenciadas en su subsidiaria O2 del Reino Unido. Luego de las advertencias recientes de su presidente, no puede dejar de pensarse que este modelo no será exclusivo de Inglaterra, sino que lo veremos más temprano que tarde por todos los dominios de la empresa, sea España o América Latina. En BandaAncha, entre otros, analizan los cambios en las normas de contratación de O2:
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