"En los Estados Unidos y Europa Occidental el índice de cambio o rotación de empleados es muy alto (...) En una situación laboral así, resulta imposible que haya eficiencia y calidad. (...) La modalidad de contratación en el Japón es familiar y en muchos casos vitalicia. Si la fábrica es bien manejada, los empleados rara vez se van a otra. Las empresas japonesas hacen hincapié en la educación y capacitación (...) Si los empleados son bien educados y capacitados, esto beneficia inmensamente tanto al individuo como a la empresa"Una alta rotación no sólo debilita el conocimiento del software en construcción, sino que implica baja adhesión con los objetivos de construcción. El uso de fábricas de software no es contradictorio con este concepto: para que una fábrica funcione, debe haber continuidad y cohesión de los dos lados, quien solicita un proyecto, y quien lo construye, y cada una de las dos partes debe cuidar su fuerza de trabajo. Hechar mano a una fábrica de software es una cuestión de escala, pero quien pide debe saber qué quiere, y cómo verificarlo.
(en ¿Qué es el control total de calidad?, Cap 2)
Sin embargo, junto a un fenómeno de commoditización de la fuerza laboral, es necesario volver a destacar otro fenómeno soterrado que existe en España: una valiosa cantera de profesionales, investigadores y docentes, de excelente calidad, que están dando lugar a múltiples pequeños emprendimientos, innovadores y con probable venturoso futuro. En la misma discusión de Barrapunto, algunos de estos elementos aparecen presentes.
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